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Blog MOM

Hablemos un poco del comercio electrónico.



A principios de los años 2000 en una universidad de Bogotá se ofrecía como opción de grado realizar el “Énfasis en Comercio Electrónico”, un curso que planteaba temas novedosos, en su mayoría hipotéticos (casi ciencia ficción) pero que hoy en día se han convertido en una realidad. Desde sus inicios el comercio electrónico ha evolucionado rápidamente; incluso antes que la World Wide Web surgiera ya se realizaban transacciones por teléfono y con la plataforma Electronic Data Interchange (EDI) que permitía transmitir datos, órdenes de compra y factura, de manera electrónica. En los últimos años su crecimiento ha sido considerable gracias al desarrollo de múltiples tecnologías, la expansión acelerada de Internet y la llegada de los teléfonos inteligentes. Así fue como de pronto nos rendimos a las aplicaciones de compras que hoy nos permiten a los usuarios adquirir productos en cualquier momento y lugar, abriendo un abanico de oportunidades para empresas y emprendedores, visionarios del potencial que existe en llegar a una audiencia global sin las limitaciones de la ubicación física. Y no es que extrañemos el “a la orden ¿qué está buscando?” o “siga, sin compromiso”. A su manera las tiendas en línea han logrado personalizar las recomendaciones y ofertas para cada usuario, pensando en la satisfacción y fidelidad del cliente. Además, la disponibilidad de reseñas y opiniones de otros usuarios ha ayudado a que los consumidores tomen mejores decisiones. Pero aún quedaba un desafío por superar y era ganarse la confianza del consumidor, y es que aceptar una transacción “intangible” resultó ser un cambio cultural que el comercio electrónico decidió asumir implementando medidas de seguridad y privacidad que fueron mejorando significativamente, como el cifrado SSL, los sistemas de verificación de identidad y la protección contra fraudes. Hoy, estos avances han sido fundamentales para convencer a los usuarios de que sus datos personales y financieros están seguros al comprar en línea. Precisamente, uno de los sectores donde el comercio electrónico ha tenido impacto significativo es en la compra de seguros. Adquirir una póliza se relaciona con un proceso tedioso y complicado, con citas presenciales y papeleo extenso. Hoy, con la presencia de startups de seguros en línea, esto se ha vuelto notablemente más simple y accesible. ¿Ventajas?

Comparar y adquirir diferentes tipos de seguros en cualquier momento y desde cualquier lugar. A un clic, los usuarios pueden obtener cotizaciones instantáneas, comparando precios y coberturas. Las plataformas en línea permiten a los usuarios personalizar sus pólizas según sus necesidades y presupuesto. La mayoría de las compañías de seguros proporcionan documentación digital para facilitar el acceso y el almacenamiento confiable de la información.

La facilidad de adquirir seguros en línea es solo un ejemplo de cómo las compras en la era digital han mejorado la experiencia del consumidor, alcanzando una relevancia fundamental en la economía moderna. A medida que la tecnología continúe avanzando, es probable que el comercio electrónico siga evolucionando y ofreciendo aún más ventajas a los consumidores en todo el mundo, y entonces, aquel énfasis de los años 2000, haya aumentado su valor.




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